miércoles, 24 de junio de 2015

SANT MIQUEL: ERMITA, PIEDRA SAGRADA Y FUENTE


Vinebre perteneció al Temple. Que es como decir que fue próspera y notoria. En su término municipal se encuentra el emblemático Pas de l'Ase, enigmático lugar que visitaremos otro día, esperemos que con el beneplácito de Fra Anselm Turmeda...
La cuestión es que los Caballeros edificaron la Iglesia de San Juan Bautista, situada dentro del núcleo urbano...pero también una misteriosa ermita de la cual apenas hay referencias. Así que naturalmente, vamos a referenciarla como se merece. Porque además está edificada al pie de una zona telúrica de primer orden: rocas de poder y manantial sagrado y curativo. ¿Vamos?
Se sigue la horrible carretera C-12 por el arcén (return to C-12) puesto que no hay camino lateral habilitado para caminantes. Después de sortear varios camiones que nos medio arrastran con el rebufo, llegamos al cruce de La Torre de l´Espanyol. Y pasados unos 100 metros, a la izquierda está el desvío que sube a la ermita de Sant Miquel. El sendero asfaltado asciende algo penosamente, la verdad: pero al ganar altura se divisa tal panorámica que los higadillos que se nos salían regresan a su ser. Anuncia la llegada al lugar de poder un pedrolo inmenso, la Roca del Gall.

A partir de aquí, el sendero se introduce en el seno de la montaña de manera que ya no se divisa ni la carretera ni el río...entramos en una zona de privación, donde ni la vista nos da referentes...los cipreses centenarios nos van marcando la senda, algunos, los más añosos, secos ya...fantasmas que son acompañados por otros especímenes más jóvenes.

La ermita fue construida por los Caballeros Templarios en el siglo XII. Pero necesitó ser reconstruida con el paso del tiempo, cosa que hicieron nuestros amigos los cartujos de Scala Dei sobre el 1680. El lugar bien lo merecía: porque la ermita de Sant Miquel marca un lugar donde la preeminencia es esencialmente telúrica: un abrigo rocoso hermosísimo es el arco natural y materno de una fuente de aguas curativas. Eso sí, debidamente canalizadas hoy en día por un tubo de polipropileno, pero haremos como que no lo notamos y miramos nuestro reflejo en una pequeña piscina, a buen seguro probática.
La ermita tiene un anexo que es casa de ermitaño, evidentemente hoy en día cerrada a cal y canto. Lástima: el lugar merece presencia y cuidado continuo. Tiene poder.
A destacar, para los que saben leer las enseñanzas de la naturaleza, que unos mirtos enormes crecen sobre la fuente.

2 comentarios:

Mikel Postigo dijo...

Y tanto que próspera, tanto que se nota a nivel de los cochazos que manejan, y vaya como manejan, que lo usan hasta para ir a por pan!!

Robin dijo...

Ya comentaba esto Marta Rojals en su libro "Primavera, estiu, etc." en el primer capítulo. Coche-señor riberenco o tractor-señor riberenco son unidades indisolubles.