miércoles, 6 de abril de 2011

EN BUSCA DE LAS FUENTES DEL PEQUEÑO NILO(III): ENTRAMOS EN LA CASA






La casa del abismo tiene tres plantas. Y la puerta está abierta, así que entramos. Con precaución, porque está apuntalada...hay que extremar el cuidado. Una parte del tejado está derruido. Pero podemos acceder al segundo piso. En la planta baja, está la cuadra, con los comederos y paja aún. Unas dependencias para guardar herramientas; en un estante, aún quedan bolsas con sulfato de cobre. En el suelo, calabazas para llevar agua. Viejos enseres esparcidos por el suelo, cestos de mimbre...

Subimos a la segunda planta. Hay unas habitaciones oscuras. En la primera, una fresquera. Más hacia adentro, habitaciones...pero no vamos más allá, los porticones están cerrados, no se ve bien y la estructura está muy debilitada. Como los animales nos quieren seguir, no podemos estar mucho tiempo arriba, porque pueden provocar algún incidente si suben las escaleras.

La casa es grande, y es una lástima que se pierdan estas construcciones. Los perros se lo pasan fenomenal con estas investigaciones en viejas casonas: sienten igual curiosidad que nosotros. Y las cabras no son menos. Así que salimos, y ahora sí, nos encaminamos a la búsqueda de las fuentes del Nilín. Porque allí abajo, en el barranco...se ve correr agua...

1 comentario:

adry dijo...

Maria, una bolsa de sulfato de cobre te vendria bien para las cabras, para las cogeras