viernes, 1 de abril de 2011

EL LENGUAJE DE LOS PAJAROS

Hay un momento mágico en el día; un instante especial, único. Es cuando clarea el alba, y empieza a intuirse la salida del sol. En ese momento, cuando una luz difusa aparece por el Este, los pájaros empiezan a cantar. Pero no uno, ni unos cuantos; no unas cuantas especies determinadas, identificables: son TODOS los pájaros, de todas las especies, que viven en el bosque de la Faba, nuestra pequeña montaña, los que cantan. Y forman un coro tan magnífico, que vale la pena levantarse de la cama y salir a escuchar. Son trinos que encarnan toda la alegría de la Tierra, toda la fuerza de la vida que renace una y otra vez cada mañana, con tanta intensidad, que hay que sonreir, incluso que reir abiertamente, oyendo, viendo, comprobando que la Vida renace, con nuevos bríos, cada mañana, en cada amanecer. En nuestras manos está el disfrutarla como merecemos. Es un momento único; apenas dura unos minutos; luego, los cantos vuelven a la normalidad: un trino aquí, un gorgeo allá...pero ese instante de coro, de hermanamiento total, tiene la virtud de lo efímero. Y abraza también la esperanza de que se repetirá, una y otra vez, cada día, mientras exista la Vida.

4 comentarios:

i dijo...

No solo pase en ese momento, en la puesta de Sol aparece un silencio y los pájaros diurnos cantan antes y dejan de cantar. Poco a poco aparecen los cantos de los nocturnos.
Y no solo cuando aparece el Sol, o se pone, cuando salen planetas, y las estrellas de mayor magnitud, Sirio sobre todo, por el horizonte los gallos, al menos, cantan.
Creible, no creible?
Yo lo he comprobado un poco. No tengo gallos, o sea que, confío en los de los vecinos y muchas veces pasa. No siempre, y es que deben estar más o menos atentos, supongo. Son tan pequeñitos/as.

Robin dijo...

Al que no he oído aún es al cuco...no sé si en esta zona hay, pero donde vivíamos antes, sí, y cuando cantaba, era una alegría. Dicen que cuando canta el cuco, se ha acabado el invierno. Pero también dicen que si no se ha oído cantar al cuco antes de que se acabe marzo, no es buena cosa...

David dijo...

Muy bueno Robin, mucha envidia pero muy bueno

Anónimo dijo...

Reconozco ese momento.
Generalmente me despierto con esa algarabía; Mientras hace fresco, como ahora, me subo el edredón hasta el cuello y me quedo quieto, atento, esperando la pausa.
Luego, generalmente caigo en un breve duermevela hasta que otros sonidos ocupan su lugar.
De verdad que es un momento delicioso.